lunes, agosto 30, 2010

INTOLERANCIA EN EL ESPACIO PUBLICO

Calle 106, Agosto 17, 12.46
De nada valieron las señales colocadas en los postes indicando que esta PROHIBIDO ESTACIONAR, la conductora del BRJ-437, simplemente se subió sobre el sardinel y se bajo "un momentito" a hacerse una prueba en una de las sastrerías de la calle 106, abajo de la 7a. Los otros vehículos, quizás por haber llegado primero o por ser más cortos si se subieron al anden y parquearon en el antejardín, generando incomodidad a los peatones, pero quién dijo miedo cuando el joven discapacitado le reclamo a la elegante conductora, indicándole que estaba cometiendo una infracción y que además le impedía pasar, ella insistió groseramente que no se demoraba y que debía esperar; cuando él le indico que tenía afán con un sartal de irrepetibles palabras se burlo de su condición limitada y oronda entro al local a hacerse la prueba, con ayuda debió el muchacho bajarse del anden para poder continuar su camino, por que esperar a tan intolerante dama sonaba a largo y peligroso.
Mientras tanto los Policías de Transito pasan indiferentes, por que esta Administración llamada de la BOGOTA POSITIVA, respetuosa de los DERECHOS, instauro la DESIDIA y nos acostumbramos a que cada cual hace lo quiere
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sábado, agosto 07, 2010

ESPACIOS "BOTERIANOS"

La transcendencia del pintor Fernando Botero en la cultura popular colombiana aún no se ha medido adecuadamente, no son solo sus grandes y "gordas" esculturas que conforman en Medellín un espacio público urbano muy especial, punto de encuentro de propios y extraños, preámbulo del maravilloso espacio en donde se exhibe parte de su obra y una especial donación de su colección particular de Arte Universal a su ciudad, generosidad que también comparte en Bogotá, en el viejo caserón de la Casa de la Moneda, diagonal a la iglesia de La Candelaria.

Su obra pictórica y sus esculturas, con la simplicidad casi infantil del trazo y el volumen exagerado tienen en sus temas un retrato fantasioso de la realidad, son crónicas de hechos y de los personajes que las hicieron, un "Pablo Escobar", "Tirofijo", una monja o "Adán y Eva", un caballo, etc. pueden contar bastante a las nuevas generaciones de los desesperos y angustias de nuestros instantes mientras inundan el espacio con su colorido y desproporción.

Los afiches de sus exposiciones a lo largo y ancho del mundo, debidamente enmarcados, se han convertido en una formula económica para poder "tener un Botero" en nuestras casas; la cadena de restaurantes "Crepes & Wafles", con una aparente exclusividad, ha logrado posicionar en sus establecimientos una tipologia de espacio, un estilo decorativo fresco y moderno donde los afiches de Botero son parte esencial.

En los toldos de los artesanos, donde se compran recuerdos y regalos, donde se recurre al arte solo para copiar burdamente y la preocupación es vender, las pequeñas imitaciones de las esculturas de Botero, facilitan también el poder "tener un Botero" así solo sea como un recuerdo, por eso no me sorprendí al ver en Bogotá, en la calle un cuadro pintado al oleo, que avisa con orgullo una sastrería, donde le confeccionan a su gusto y sin importar su medida, ese traje tan especial, a precios muy económicos.