sábado, agosto 07, 2010

ESPACIOS "BOTERIANOS"

La transcendencia del pintor Fernando Botero en la cultura popular colombiana aún no se ha medido adecuadamente, no son solo sus grandes y "gordas" esculturas que conforman en Medellín un espacio público urbano muy especial, punto de encuentro de propios y extraños, preámbulo del maravilloso espacio en donde se exhibe parte de su obra y una especial donación de su colección particular de Arte Universal a su ciudad, generosidad que también comparte en Bogotá, en el viejo caserón de la Casa de la Moneda, diagonal a la iglesia de La Candelaria.

Su obra pictórica y sus esculturas, con la simplicidad casi infantil del trazo y el volumen exagerado tienen en sus temas un retrato fantasioso de la realidad, son crónicas de hechos y de los personajes que las hicieron, un "Pablo Escobar", "Tirofijo", una monja o "Adán y Eva", un caballo, etc. pueden contar bastante a las nuevas generaciones de los desesperos y angustias de nuestros instantes mientras inundan el espacio con su colorido y desproporción.

Los afiches de sus exposiciones a lo largo y ancho del mundo, debidamente enmarcados, se han convertido en una formula económica para poder "tener un Botero" en nuestras casas; la cadena de restaurantes "Crepes & Wafles", con una aparente exclusividad, ha logrado posicionar en sus establecimientos una tipologia de espacio, un estilo decorativo fresco y moderno donde los afiches de Botero son parte esencial.

En los toldos de los artesanos, donde se compran recuerdos y regalos, donde se recurre al arte solo para copiar burdamente y la preocupación es vender, las pequeñas imitaciones de las esculturas de Botero, facilitan también el poder "tener un Botero" así solo sea como un recuerdo, por eso no me sorprendí al ver en Bogotá, en la calle un cuadro pintado al oleo, que avisa con orgullo una sastrería, donde le confeccionan a su gusto y sin importar su medida, ese traje tan especial, a precios muy económicos.







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